La esperanza reservada

La esperanza reservada

¿Qué hacemos cuando estamos a fin de mes y se nos agotan los recursos? Tratamos de controlarnos en los gastos y padecemos el poder disfrutar ciertas cosas. Pero aun así, permanece en nosotros una sensación de victoria y de esperanza, porque sabemos que en los próximos días ¡ya cobramos de nuevo¡ es decir el padecimiento y la escasez no se hacen tan pesados y difíciles porque pronto, en cuestión de días, volveremos a tener. En este simple ejemplo vemos esa sensación de que ya pronto pasa el momento difícil. El apóstol pablo nos enseña este mismo principio pero para nuestra vida espiritual. Nos recuerda una y otra vez, que esto que estamos viviendo es pasajero, momentáneo.

Con seguridad te digo, lo que estas pasando ahora es momentáneo. Piensa esto: si Dios tiene reservada tan grande gloria para nosotros en el cielo, ¿Cómo no nos ayudara en pequeñas tribulaciones aquí en la tierra?, todos estamos aprendiendo lecciones de fe, de fidelidad y lealtad, todos estamos siendo pulidos. Por eso nos dice la escritura :

“Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento”. 2 Cor. 4:17 (NVI)

Como hijos de Dios tenemos que tener siempre la sensación de que en este mundo las cosas pasan, solo quedara lo que hagamos para el Señor conforme a su voluntad. Y esto si es eterno. Ocupémonos de lo eterno, de las cosas de arriba. No significa necesariamente que tengas un llamado a misionero, evangelista o pastor, simplemente que todo, pero todo lo que hagamos, tiene que hacerse como para el Señor, para dar testimonio, para dar, para beneficiar a otros, para servir, para ser útiles al que sufre, siempre hay algo que podemos dar y hacer por otros y en cualquier ámbito de la vida se puede dar testimonio de cristo.



2 cor 4
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Romanos 8:18

18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Esteban Correa

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